Para los próximos años en Cuba y específicamente en Pinar del Río, los sistemas de salud tendrán que enfrentar un gran reto: el envejecimiento de la población. Como consecuencia de la transición demográfica que experimenta la región, este envejecimiento traerá consigo un incremento de las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, demencia senil, enfermedad de Alzheimer, procesos osteodegenerativos y otros.
Este fenómeno no tiene precedentes en la historia de la humanidad. La preocupación por elevar la calidad de vida de los ancianos es una premisa en nuestra sociedad, la casa del abuelo de la ciudad de Pinar del Río constituye ejemplo de integración social para este grupo etario.
En la vivienda, los abuelos permanecen durante el día y reciben los beneficios de una estancia saludable. Allí desarrollan manualidades utilitarias para ejercitar la imaginación, que presentan en exposiciones, también desarrollan encuentros culturales donde participan los más de 40 abuelos y abuelas en canto, baile y declamación.
En un área recreativa cercana y con la asistencia de un instructor de cultura física desarrollan ejercicios físicos, actividad que más disfrutan con un programa diario.
El envejecimiento de la población supone desafíos en el orden cultural, político y económico para promover la participación de los ancianos en la sociedad y satisfacer sus necesidades.
Según información de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) en Pinar del Río la expectativa de vida al nacer es de 79,03 años, más del 20,8 por ciento de la población sobrepasa las 6 décadas.
Si la tendencia en la expectativa de vida continúa en aumento sumado a la baja en la tasa anual de crecimiento (por 1000 habitantes), para el año 2020 la población cubana decrecerá en más de un 0,25 por ciento y por supuesto las personas de edad adulta y tercera edad serán mayoría.
Habrá una mayor demanda de atención por su carácter de enfermedades crónicas para las cuales no existe un tratamiento definitivo. Esta atención será cada vez más compleja, requerirá de la introducción de nuevas tecnologías y, por consiguiente, se incrementarán los costos.
A partir de estas consideraciones generales se evidencian algunos supuestos. Como expresamos, demográficamente el país no es homogéneo y hay también diferencias en las tasas de mortalidad.
De acuerdo con datos de la ONEI, al cierre del 2017, unos 2 millones 246 799 personas tenían 60 años y más, lo cual representa un 20,1 % de la población cubana y confirma el acelerado proceso de envejecimiento demográfico que vive hoy el país.
Para el año 2020 se estima esta cifra ascienda al 21,5 %, es decir, 2 millones 388 788 personas, y hacia el 2030 se alcance un índice de envejecimiento de la población cubana de 30,3 %, con 3 millones 304 685 personas con 60 años y más.
El Sistema de Salud se verá obligado a redimensionarse para, como expresé al inicio, enfrentar este reto que inevitablemente se presenta como el escenario del futuro.
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