Producir alimentos está entre las actividades estratégicas del país. En Mantua se intensifica la siembra de cultivos de ciclo corto con la ayuda de voluntarios que acuden a los campos, tal como se hizo en el periodo especial bajo el concepto de que, el pueblo, contribuye a plantar su propia comida.
La siembra de boniato y otros cultivos de ciclo corto es la prioridad. Con el retraso de las lluvias, las viandas han escaseado en los mercados locales y las que quedan en el campo solo podrán sacarse cuando los aguaceros de mayo ablanden la tierra. Por el momento se rotura donde hay agua, se humedece con motores y se siembra.
"Sin viandas no hay plato en la mesa, periodista- dice Eduardo Perera, delegado de la Agricultura en Mantua- hemos pasado por la mayor sequía de los últimos tres años y la vianda que no se picó, casi no se le pudo extraer. Por eso, en estos lugares donde se puede regar, tenemos que aprovechar".
El empeño es noble, pero las estructuras de base han de ponerse a la altura de este esfuerzo colectivo. Decenas de personas que renuncian a sus horas de descanso y atención a la familia para impulsar la producción de alimentos han de ser empleadas a fondo, según los propios movilizados.
“Esto es una idea excelente- comenta Iván Montes, vecino de Arroyos de Mantua que hoy da su aporte en el surco - pero no podemos volver aquí por 4 000 bejucos de boniato. Hay que volver para plantar 10 000, porque somos muchos”.
Las autoridades locales se sitúan al frente de esta y otras tareas vitales, como el empleo de los túneles para producir posturas de tabaco, hoy convertidos en casas de cultivos semiprotegidos. “Es una idea que rindió frutos por primera vez aquí, en la cooperativa, “Domingo Mons- nos comenta el primer secretario del Partido, Yoandy Cueto Martínez- y la hemos extendido a otras partes donde existen iguales condiciones".
Cueto Martínez, que es también ingeniero agrónomo y acompaña cada sábado a los trabajadores voluntarios, agrega: “Tenemos la oportunidad de hacer más, a partir de la consciencia y la entrega de la gente que viene aquí a trabajar y a aportar, por eso no podemos permitir que se desaproveche la fuerza de trabajo y lo que se oriente a las estructuras productivas ha de cumplirse en tiempo y con calidad”.
En la escogida de, El Sitio, en la periferia de la villa de Mantua, la presidenta del gobierno local, Noemí Sotuyo, acompaña a los hombres y mujeres que han venido a dar su aporte. “Como puedes ver- dice- hay mucho tabaco y las manos para el despalillo escasean, así que tenemos una tarea grande y necesaria por delante, porque la economía de Mantua, depende de esta actividad!
La tradición y el deber llevan a hombres y mujeres de la ciudad a los campos. Garantizarles trabajo es una obligación inaplazable de quienes, desde el surco han de aumentar sin falta la producción de alimentos y poner en los mercados las esperadas 15 libras percápita por habitante.
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