“Mi rutina diaria cambió de profesor de Cultura Física en una escuela primaria a mensajero y facilitar la pesquisa de más de 25 familias que me necesitaban y desde el año anterior no salgo del terreno”, resaltó con orgullo Amauri Díaz Arencibia.
Los mensajeros del alma es el nombre que desde que inició la pandemia adquirieron los más de 700 héroes anónimos, que prestan servicio a las personas vulnerables y los aislados en zona de cuarentena en Guane. Con altas dosis de solidaridad y humanismo enfrentan al virus arriesgando su vida y llegan hasta los hogares para facilitar alimentos, aseo, medicamentos y asistencia médica.
Con una alegría contagiosa Alexander Acanda Hernández (El Pichi) aseguró: a mí no me para ni la lluvia y bien tempranito salgo al mercado, la farmacia, la bodega, la carnicería y cantando al ritmo de van van salgo a distribuir en todo el barrio.
Sergio Ramos Corrales, el Chino, en su bicitaxi traslada a los enfermos, lleva los balones de oxígeno de la farmacia para los pacientes y distribuye el pan en zona roja.
Estos hombres y mujeres que arriesgan sus vidas por el del bienestar social, merecen el reconocimiento diario de su pueblo, ellos han ganado un lugar en el hogar de cada uno en estos días de desaliento donde su constancia es un rayo de esperanza
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