La primera misión médica internacionalista cubana fue el 23 de mayo de 1963. Un avión partió con 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de salud con destino a Argelia. Iniciaba así un nuevo camino de experiencias en este escenario tan sensible y necesario.
Los galenos de Minas de Matahambre fieles continuadores de la hazaña, arribaron con el tiempo, a otras latitudes insospechables. Hasta Pakistán, Italia o el continente africano penetraron los profesionales de este ámbito. Más de 500 especialistas de la tierra de los minerales han aportado sus conocimientos a lo extenso de las últimas décadas.
Por tal razón el prestigio de la medicina local acaparó titulares dentro y fuera de la isla. El alto humanismo evidenciado en sus labores así lo demuestra. Este valor no surge de la nada, sino que la educación recibida, desde los primeros años de vida, propicia un comportamiento justo, muy cerca del amor y el desinterés.
Los galenos mineros en medio de la pandemia generada por la COVID-19 o en contextos adversos originados por eventos climáticos, demostraron su capacidad de lidiar con fuerzas superiores a su intelecto. Ellos son cubanos de una valía singular, prestos siempre a salvar vidas por encima de cualquier reto o impedimento.
En el presente prestan sus servicios más de 150 profesionales en otros países amigos. En ellos está la verdad de la Patria.
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