Una revolución dentro de la revolución catalogó Fidel al papel de las mujeres en los días fundacionales del proceso emancipador cubano. Así, esta máxima acompaña a las féminas de la isla en su quehacer diario protagonizando las más diversas tareas.
Desde entonces la labor social es de lo más relevante de la organización insertándose en todos los ámbitos de la vida del país. Las palmeras son de esas cubanas que a pesar de lo duro de los tiempos no pierden la sonrisa, edifican y crean por el futuro de sus hijos; han ocupado la dirección del partido, es mujer quien lidera hoy la asamblea del poder popular y lo son cientos de ellas quienes bajo el duro sol sacan de la tierra sus frutos.
Los duros días de la pandemia de la Covid-19 puso a nuestras compañeras en la primera línea del combate: enfermeras, doctoras, maestras devenidas mensajeras en la comunidad o atletas laborando en centros de aislamiento no dejaron sorprender con su heroismo cotidiano. Obreras, amas de casa, emprendedoras de negocios o científicas, la mujer hace valer su sapiencia porque en revolución no hay espacio para las diferencias.
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