Turismo abanderado del Control económico interno

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control

El turismo, principal motor impulsor de la economía no está exento de eventualidades, como la pandemia de la Covi-19 y por tanto requerirá de mayor preparación, protección, proyección y cuidado para iniciar su recuperación en un futuro cercano.

Uno de los retos que afrontamos es el control interno en las organizaciones y es importante la supervisión, exigencia y fiscalización por parte de nuestros directivos en todas las áreas, además del llamado a enfrentar la posible pérdida de valores éticos y morales de un pequeño grupo que con sus acciones puedan empañar la obra de la Revolución.

Las dinámicas de consumo habrán cambiado, incitadas por el miedo o la desconfianza a ser infestados, la austeridad y la incertidumbre, variables que irremediablemente seguirán influenciando en la toma de decisiones de nuestros clientes.

Con esto hacemos un llamado, hoy más que nunca, a reforzar las medidas del sistema de control interno y con esto lograr un uso más eficiente y racional de los insumos en la prestación de servicios, evitar el despilfarro y manejo inadecuado de los inventarios, inversiones excesivas en activos fijos, altos niveles de desperdicios, manejo inadecuado de las operaciones de caja y créditos y cobros que, en definitiva devienen en grandes fallas en los controles. Se debe potenciar la ética, la moral y que prevalezca la disciplina y el orden social y sobre todo la humildad, solidaridad y humanismo.

Para entender la importancia del control interno en las empresas, conviene empezar por entender que tiene como objetivo resguardar los recursos, evitar pérdidas por fraude o negligencia y detectar las desviaciones que se presenten y que puedan afectar al cumplimiento de los objetivos propuestos.

A continuación presentamos algunos procedimientos de control interno que se aplican en la empresa turística:

1. Arqueos periódicos de caja para verificar que las transacciones hechas sean las correctas.

2. Control de asistencia de los trabajadores.

3. Al adquirir responsabilidad con terceros, estas se hagan solamente por personas autorizadas teniendo también un fundamento lógico.

4. Delimitar funciones y responsabilidades.

5. Hacer un conteo físico de los activos en la empresa y cotejarlos con los que están registrados en los libros de contabilidad.

6. Analizar si las personas que realizan el trabajo dentro y fuera de la entidad es el adecuado y lo están realizando de una manera eficaz.

7. Tener una numeración de los comprobantes de contabilidad en forma consecutiva y de fácil manejo para las personas encargadas de obtener información de estos.

8. Controlar el acceso de personas no autorizadas a los diferentes departamentos de la empresa.

9. Verificar el cumplimiento de las leyes, las normas y procedimientos.

10. Analizar si los rendimientos financieros e inversiones hechas están dando los resultados esperados

El control suele verse muchas veces como el mecanismo para dictaminar la ocurrencia o no de un delito o corrupción, y como una función visionaria y profiláctica que ayude a corregir lo que anda mal en la entidad. No hay que esperar a que los problemas lleguen a un estado crítico para tomar medidas, se puede actuar de muchas maneras con anterioridad. Ahora bien, para eso hace falta un pensamiento estratégico, que se proyecte de manera sistemática en cada entidad y que permita realizar una gestión de asesoramiento y supervisión permanente de la calidad de los procesos.

Y no hay por qué temerle al control cuando las cosas se hacen bien todos los días. Si partimos de ahí, estaríamos ahorrándonos un largo trecho en el análisis del tema. El examen de lo que hacemos es tan importante como lo que producimos y ofrecemos. Ya es hora de romper el estigma de lo que representa para uno ser inspeccionado. El control, como el autocontrol, ha de reclamar su presencia antes, durante y después de la visita, esa visita que al final no tiene por qué esperarse, cuando resulta más de “adentro” que de “afuera”.

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