Dentro del Turismo Rural, el Agroturismo ha cobrado auge, hasta llegar a convertirse en modalidad específica realizada en establecimientos agropecuarios, granjas, cooperativas o fincas, donde la motivación del visitante se centra en las prácticas agrícolas y pecuarias, con el conocimiento y disfrute de las tradiciones culturales vinculadas al agro. A ello se agregan servicios de alimentación y hospedaje, todo lo cual aporta una renta adicional al campesino.
Como principio básico el agroturismo, para no apartarse de su esencia, debe establecerse sobre bases sólidas, donde el rol protagónico lo juegan las tradiciones agrícolas y el campesino, este último sujeto dinamizador de la actividad agroturística. Con ello se evitan las propuestas seudo-agroturísticas, que al final desvirtúan la propuesta.
Cuba, país que ha tenido como base productiva tradicional la agricultura, desde mucho antes de la llegada de los europeos a finales del siglo XV, hasta el presente, muestra excepcionales potencialidades para el desarrollo del Agroturismo. Muchas son las posibilidades de esta modalidad turística a lo largo y ancho del archipiélago. Su superficie agrícola es de un poco más de seis millones de hectáreas, atendidas por diversas organizaciones que van desde campesinos independientes hasta cooperativas.
El campesinado cubano ha estado arraigado a la tierra durante siglos, donde se han integrado muchas prácticas agrícolas, tanto las traídas desde otros continentes, como las empleadas por los pobladores originarios. De todo ello, existe un rico patrimonio de tradiciones, artesanía, gastronomía, expresiones folklóricas, actividades e instrumentos agrícolas, que constituyen la base fundamental para la práctica del Agroturismo.
La creciente migración del campo a la ciudad en el último medio siglo en Cuba, ha puesto en riesgo diversas actividades agrícolas y pecuarias. El agroturismo pudiera ser una de las vías para detener ese flujo migratorio negativo, e incluso llegar a revertirlo. Su ejercicio aporta nuevas posibilidades al medio rural y genera cambios positivos.
Cuba se puede convertir en unos de los destinos agroturísticos más demandados del hemisferio occidental, retomando la idea pionera expresada en 1959, cuando se planteaba por el estado cubano la posibilidad de hacer una reforma agroturística. La misma consistía en: Construir, junto a cada casa campesina una cabaña, para alquilarla a los turistas con paseos a caballo incluido. Mejorar la economía campesina por concepto de turismo. Instruir a los campesinos en los menesteres de educación turística. Y desarrollar la artesanía tradicional campesina
Es un buen momento para encauzar el camino hacia el agroturismo en Cuba, tras contar hoy, con el producto turístico Ruta del Tabaco, diseñado a partir de la cultura del tabaco, que abarca un extenso espacio considerado el de mayor tradición y éxito en el cultivo de la aromática hoja.
Abierta la puerta, la invitación está hecha, para el disfrute del agroturismo en Cuba.Por: Dr. Jorge Freddy Ramírez Pérez