Por Gerardo Ortega.
El baile llamado de "Las Mariposas", se conoció en Cortés y La Grifa y se extendió hasta Las Martinas entre 1794 y 1850. Esta manifestación, remedo del rondó francés o baile de salón, musicalmente trasladaba un sincretismo de Walá-walá, canto haitiano, y la danza, con mezcla de contradanza en zapateo y algunos movimientos propios de influencia afro, cuando las mujeres abrían sus sayas multicolores, lo que justificaba el nombre del baile de Las Mariposas".
En realidad, se está citando la síntesis que fue llevada a la Monografía Histórica que entregué concluida en 1993. En el propio texto se cita antes cierta investigación inédita del Centro de investigaciones de la Música Cubana que dice haberse escrito en 1985. en ella reconozco palabras textuales utilizadas por mí (y seguramente esos investigadores lo reconocerán de tal modo a su vez, pues señalan que se basan en "resultados de las investigaciones locales realizadas en la provincia de Pinar del Río".
Mi trabajo inicial, además de acompañar a los investigadores que en 1980 trabajaban en el Atlas de la Cultura, en las entrevistas a diversos informantes del territorio, fue escribir tres cuartillas, de las que aún conservo el original, incluye el párrafo que ahora se antepone a la cita que se hace de mí información y que aquí traslado:
"La Mariposa era un baile de cuadros, de paredes enlazadas, en el que las mujeres lucían amplias faldas adornadas con cintas, encajes y entredós, al girar las mujeres sujetaban las puntas de las faldas con los dedos de ambas manos, simulando las alas abiertas de una mariposa y por ello se supone se le dio el nombre a la danza".Y recuerdo que fue mi informante principal "Joseíto Lugo".
No obstante, el compañero Félix Cáceres quien ocupaba el cargo relacionado con el Atlas en Sandino, fue el encargado de entregar al nivel provincial aquel texto que aludo y en él profundicé al respecto del baile o danza; explicando que llegó su versión inicial a ese territorio junto a los franceses que huyendo de la Revolución Haitiana de 1992, llegaron a Cortés y radicaron en ese poblado y en el Rancho de La Grifa, pero que su servidumbre negra (por petición de los pontevedreses y otros colonos del lugar) tuvo que poblar una zona en "las afueras" de ambas localidades; y para ello se establecieron en Llopi.
Explicaba además que fueron los negros haitianos los que comenzaron a popularizar allí el Walá-walá y con posterioridad las familias francesas y las demás, españolas y criollas; fueron incorporando en sus fiestas de disfraces en La Grifa -ya conocidas desde 1834- algunos elementos que los criollos y criollas fueron mezclando, del divertidísimo baile que unas veces en cruz y otra en simples "barras" de cuatro o más parejas era bailado... por ejemplo, los cuatro hombres frente a las cuatro mujeres se alejan y se acercan sin entrelazarse en una contradanza, en zapateo. Y durante toda esta parte inicial, a veces, como en el Walá-walá, llegan a acercarse "demasiado para el gusto público y la decencia" (los negros esclavos chocaban sus caderas de un lado y de otro antes de separarse); y luego entrelazados, cada uno con su pareja, llegaban hasta el momento final en que nuevamente se separaban sin darse las espaldas; y en cada uno de estos pasos las mujeres batían sus sayas, como mariposas que revolotean.
En realidad este baile sólo quedaba ya en el recuerdo de algunos octogenarios cuando iniciamos las pesquisas, pero, resulta significativo la existencia de otras manifestaciones de esta consustanciación: como el hecho de no encontrar ni un solo negro viviendo en La Grifa en 1976 y ningún blanco en Llopi en esa fecha; y el hecho de que el frangollo derivara en el turrón de marañones más exquisito de la Isla y se produjera en Llopi. Son muestras indubitables de esa mezcla de razas y culturas que en la zona se produjo desde hace más de doscientos años... de ese trasfondo histórico surgió el Baile de Las Mariposas.