Los acuáticos

Imprimir
powered by social2s

Ratio: 5 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activado
 
Valoración:
( 1 Valorar )

De los acuáticos de Viñales no existen muchas referencias bibliográficas que permitan esclarecer con toda justicia la realidad de una historia verdadera que se ha convertido en una leyenda con exageraciones y tergiversaciones que muy poco le aportan al propósito de las autoridades de continuar incorporando estas personas al proceso revolucionario.

Características esenciales que los definen:

La historia de Antoñica Izquierdo

Para entender la realidad de este fenómeno se hace indispensable referirse al caso de Antoñica Izquierdo entre los años 1936 y 1939 en la zona donde vivía con toda su familia cuando su hijo de 2 años comenzó a tener fiebres muy altas (entonces le decían calenturas al estado febril de las personas ) y como no disponía de recursos para llevarlo al médico en medio de su lógica desesperación le pareció tener una revelación divina con la imagen de la Virgen María el día 8 de enero de 1936 que le recomendaba bañar al niño con el agua del arroyo mas cercano y cuando lo hizo el muchacho mejoró realizándose así el milagro que la convertiría en una celebridad.

En otra aparición de la Virgen conoció entonces que ella estaba designada para curar a los infelices pero que no podría cobrar ni hacerlo por interés, así como, que tampoco podría usar medicinas (solo con el agua), no tener vicios, no participar en la vida política del país y negarse a la educación de aquella época debido a que el sistema solo enseñaba a explotar a los demás hombres.

Antoñica pertenecía a una familia con tradiciones de curanderos y era reconocida entre las mejores de esta zona favoreciendo este detalle a la situación que habría de crearse en las siguientes semanas donde llegaron a concentrarse miles de personas en busca de los milagros que le atribuían.

Como resultado de sus prédicas Antoñica Izquierdo llegó a convertirse en un líder natural, entre los campesinos fundamentalmente, promoviendo con sus palabras que la tierra debía ser entregada a los campesinos porque eran ellos lo que la trabajaban, así como, también era partidaria de la resistencia pasiva ante los atropellos que cometían entonces los gobiernos de turno y muestra de esa influencia lo constituye el haber sido capaz de recoger cientos de cedulas electorales para evitar que fueran entregadas a ningún político; razón por la cual comenzó a ser considerada una seria amenaza para quienes tradicionalmente se habían beneficiado de la ignorancia de los más pobres y humildes de la sociedad.

Fue recluida en el Hospital de Mazorra hasta Mayo del 1936, cuando le dieron el alta médica y la obligaron a trasladarse para la zona de Isabel Maria donde continuó haciendo sus prédicas hasta que en el año 1938 y coincidiendo nuevamente con otro período de elecciones la vuelven a detener acusada por los delitos de falsedad, incitación a la rebelión, alteración del orden y de incumplimiento con sus deberes para con el censo electoral, siendo internada por segunda ocasión en Mazorra el día 18 de diciembre de 1938, certificando los médicos que padecía de paranoia y allí murió el día 1 de marzo de 1945 sin que nunca se dijera que le estuvieron inyectando medicamentos desde su primer ingreso para acelerar su lógica alteración por el fenómeno en el que se vió envuelta aquella campesina de los Cayos de San Felipe.

Los acuáticos antes del 1959

Antoñica Izquierdo desde su forma de ver la vida asumió una posición de rebeldía al no aceptar los mecanismos políticos de su época y predicar entre los campesinos que le seguían que no se debía participar en las elecciones, cuestión esta que se multiplicó en los acuáticos de Viñales, quienes por mantener esta conducta las familias que eran acuáticas en la zona del Rosario fueron mandadas a desalojar de las tierra donde vivían y que eran propiedad del senador Pedro Blanco, quien se aprovechó de que los guajiros eran analfabetos para hacerles creer que si firmaban unos documentos serian dueños de sus tierras y en realidad lo que les estaba dando a firmar era la orden de desalojo.

Esto sucedió en el año 1943 cuando unas 14 familias tuvieron que abandonar la zona donde vivían después que sus humildes viviendas fueron quemadas y les soltaron unos toros cebú que embestían a cualquier persona.

Con un poco de suerte lograron asentarse en la tierras de Juan Rivera quien era el dueño de las tierras del Cuajaní en la zona conocida como La Penitencia en la Sierra del Infierno de Viñales, con la condición de entregar la cuarta parte de las cosechas.

Los acuáticos y el triunfo de la revolución

Comenzaron por decirlo de algún modo a ser motivo de preocupación en lo que concierne a su creencia de no acudir al médico para curar las enfermedades por la fe en el agua, siendo esta la principal contradicción entre los acuáticos y la Revolución.

Esta situación de no acudir al médico se agudizaba cada vez que se daba un caso donde morían los hijos o las madres en pleno parto auxiliados solo por los rezos que hacían y el agua, así como, el niño que padecía de una piodermitis generalizada y como consecuencia de los baños de agua que le daban sus padres adquirió entonces una bronconeumonía que le provocó la muerte, razón por la cuál fue necesario en varias ocasiones la intervención de las autoridades sanitarias acompañados de policías para llevarse por la fuerza a los enfermos y hacerles el tratamiento médico correspondiente, cuestión que desde hace varios años no se ha repetido afortunadamente, conociendo de varios casos de personas con esta creencia que a escondidas del resto del grupo se han consultado determinadas dolencias con médicos de su absoluta confianza.

Con relación al manifiesto rechazo que le hacen a la enseñanza por medio de los maestros hay detalles que no pueden ser atribuidos a su creencia, ya que fueron errores cometidos por las personas que tuvieron esta misión de llegar hasta ellos para enseñarles a leer y escribir dejando un amargo recuerdo que todavía esta presente en la memoria de los mas viejos en la zona.

Un aspecto muy significativo se manifiesta entre los acuáticos por el interés de que sus hijos aprendan y para ellos el Gobierno Municipal designó a un maestro ambulante con orientaciones precisas de respetar todas y cada una de las costumbres y hábitos existentes en las familias donde le corresponde trabajar.

El cumplimiento de las leyes de Reforma Agraria que también benefició a los acuáticos fue sin dudas uno de los aspectos que mayor incidencia tuvo en el cambio de mentalidad que tenían estas personas sobre la política que hasta esa fecha habían estado rechazando, razón por la cual se integraron a su manera como miembros de una Cooperativa de Créditos y Servicios en Viñales y se dedican al cultivo del tabaco y la malanga fundamentalmente cumpliendo con sus planes de entrega al estado según los compromisos que ellos mismos contraen a principios de cada año como esta establecido.

No realizan ninguna acción proselitista, ni obligan a sus hijos a que tengan la misma creencia, la cual se basa en el respeto hacia los demás y la libre expresión individual.

El lugar donde viven a pesar del nombre que tiene ( Sierra del Infierno ) es uno de los miradores naturales mas hermosos del Valle de Viñales y según los propios acuáticos el cuidado del entorno donde viven es fundamental ya que su creencia esta muy pegada a la naturaleza.

La mayoría de ellos expresan sin hipocresía de ningún tipo que se sienten muy agradecidos con el Gobierno Revolucionario que ha respetado todas sus creencias con excepción de la negativa de acudir al médico para curar las enfermedades que padecen.

Los acuáticos en la actualidad

A principios del año 2002 sumaban unas 42 personas las que viven en lo que se conoce como la comunidad de los acuáticos en Viñales, y de ellos 23 son mujeres y 19 hombres.

Continúan dedicados al cultivo del tabaco, la malanga y otros productos para la subsistencia familiar, a lo que se agregan los beneficios que reciben por las visitas de los turistas interesados en conocer de sus costumbres.

En la zona donde viven, incluyendo el valle del Cuajaní no ha sido posible todavía la electrificación y el agua se continua cargando en pipas tiradas por los bueyes, pero en la montaña donde viven los acuáticos este asunto no es motivo de preocupación pues ellos mismos construyeron un sistema rustico de acueducto basado en el aprovechamiento de un manantial que se encuentra en el punto mas alto de la sierra y por mangueras con tubos fue posible garantizar que cada vivienda recibiera este beneficio.

Mientras que por decisión del Gobierno Municipal se les entregó un panel solar con una grabadora y un televisor para las 9 familias que aun viven en esta zona con el objetivo de facilitar cierto nivel de acceso a la información de lo que sucede en Cuba y el mundo para evitar de esta forma que reciban noticias tergiversadas.

Este panel solar y los restantes equipos fueron ubicados en la casa de Félix Rodríguez (fallecido) como reconocimiento a su condición de líder natural y tradicional de los acuáticos, pues junto a su hermano Julián fue el iniciador del grupo, cuando los médicos de La Habana dictaminaron que uno de sus hijo no tenia cura por faltarle los pulmones y entonces decidió llevarlo para que Antoñica lo atendiera, haciéndose el milagro deseado por toda la familia.

Tomado de Ecured

powered by social2s