Ciudadanos del territorio más noroccidental de Pinar del Río se dieron cita en el parque central de la villa cabecera para condenar el bloqueo del gobierno estadounidense contra la isla. Representantes de diversas generaciones rechazaron la injerencia extranjera, el mercenarismo y los actos de violencia que ponen en peligro a millones de personas inocentes en toda la geografía nacional.

El 8 de julio de 1837, entre sábanas de lino y el llanto fuerte de recién nacida vino ella al mundo, los pasos nerviosos del padre y los vapores del agua tibia esparcidos por la habitación marcaban el principio de una vida dedicada al bien y a la libertad: la llamaron, María Isabel.

Los primeros cinco ganaderos de Mantua con posibilidades de sumarse a la comercialización de carne de res, ya realizan los primeros aportes. El hecho parte de las medidas adoptadas por el estado cubano para incentivar las producciones agropecuarias a lo largo y ancho de la isla.

  Desde el primer instante, los de Mantua, quizás por lejanía, pensaron que nada podría pasarles, que era un asunto de terceros, pero los hechos demostraron que estaban equivocados. Por meses el coronavirus no tuvo vínculos concretos con la geografía y el modo de vivir del territorio al noroccidente de Pinar del Río. La existencia continuó y, sin dejar de tomar las medidas higiénicas esenciales, se descuidaron otras, como la restricción de movilidad.