“A veces observo en algún punto de venta un hermoso racimo de plátano madurito de una punta a la otra, se me hace agua la boca por comerme alguno de ellos, pero no los compro por temor a que estén maduros a la fuerza y me dañen la salud”.
Así me comentaba hace unos días una vecina.
Y es que en los últimos años se ha vuelto una moda agilizar el proceso de maduración de las frutas; la guayaba, el plátano, fruta bomba y mango, son los más afectados en ese sentido.
Esto en ocasiones llega a convertirse incluso en estafas imperdonables, pues ¿qué me dicen de aquellos que casi cocinan los aguacates para que se ablanden y parezcan maduros?
Al aplicarle sustancias como el Cletodim y el Fluazifop , toman el color amarillo común de cuando se maduran de forma normal, pero no ocurre un proceso de maduración, es sólo la desverdización del producto.
Sólo el caso del Etefon, es capaz de lograr un efecto madurador sin aportar tóxicos al organismo humano, aunque sí les afecta en las cantidades de vitaminas y minerales que contienen.
Para la mayoría de las personas es difícil detectar una de estas anomalías y sólo lo advierten al probar dicho fruto y encontrar entonces que está amargo como ocurre en el caso del mango o resinoso en el plátano.
En Cuba trabajan con el fin de lograr procedimientos que permitan dar seguimiento a los procesos de evolución, en las distintas etapas de los productos.
Sin embargo es imposible el análisis de todas las producciones que en ese sentido son comercializadas teniendo en cuenta las diversas formas de venta y orígenes de productos que existen.
Entonces me pregunto: ¿Cómo saber si una fruta está madura, a partir del uso de plaguicidas?
Las yagas oscuras y dureza en partes, son algunas características exteriores que delatan que una fruta tiene maduración acelerada. En el caso del mango y la fruta bomba se inyectan por la parte donde nace.
A veces haces la pregunta del “BOBO” al propio vendedor ¿Están maduras con líquido?
Por supuesto la respuesta siempre va a ser negativa, evasiva en algunos casos, aún otros osan acotar: “En mi punto, ninguna fruta se madura con líquido”.
He visto personas casi rogando al comerciante que no le venda una fruta sazonada pues la quieren para el consumo de un enfermo.
Apelar a la conciencia de los negociantes que tratan de vender sus productos en el mínimo de tiempo y acosta de lo que sea, es una utopía, esto lo digo sin ánimo de generalizar porque existen muchos que se comportan de forma responsable.
Aprendamos pues a conocer cuando un fruto es maduro de forma natural o no y rechacemos todos aquellos que sean de dudosa procedencia, así ganaremos en salud y daremos un golpe de gracia, a aquellos que de manera inescrupulosa se enriquecen a costa de los demás sin importarles los métodos, ni las consecuencias.
Por: Edilia Martínez La Rosa
Periodista de Radio Minas
Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @ediliaminas
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