El mes de junio tradicionalmente se hace acompañar por lluvias, este año recogió el batón lluvioso de mayo y por estos días en San Juan y Martínez en cualquier horario de día o de noche hay que andar con el paraguas. Los sanjuaneros recuerdan que precisamente en los primeros días del sexto mes del año, pero de 1982, un intenso huracán se ensañó con este noble pueblo.
Nueve fueron las víctimas fatales de aquella inundación que llegó hasta el centro del pueblo. Viviendas demolidas, calles inundadas, fango por doquier, puentes destruidos y hasta un camión colgado en uno de ellos, cambiaron el entorno sanjuanero al paso de aquel Alberto devastador.
La visita del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, demostró a los pobladores que la Revolución no dejaba solo a los vecinos en momentos difíciles.
Aquí conversó con Fernando Padrón, jefe de un núcleo familiar que había perdido a cuatro de sus integrantes. Su nieto, Misael, con solo seis años, subido en las ramas superiores de una guácima, protagonizó el caso más connotado al sobrevivir milagrosamente.
Profundamente conmovido por la pérdida de vidas humanas Fidel dio instrucciones para ayudarles a recuperar las viviendas y otros bienes. Poco después se construirían los inmuebles en una de las zonas más altas de la cabecera municipal.
Además orientó la construcción de la hidroreguladora San Juan que podría retener avenidas de agua de más de dos mil metros cúbicos por segundo y proyectada con una capacidad de alrededor de 17 millones.
Esa instalación hidráulica le permite hoy a los sanjuaneros estar tranquilos y seguros ante cualquier crecida del río San Juan, pero los sucesos de aque 2 de junio de 1982 siempre serán recordados como uno de los momentos más tristes de su historia.
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