Con un trabajo sostenido en materia de capacitación, la filial pinareña de la Escuela Ramal del Ministerio de la Agricultura (MINAG), está reconocida como una de las mejores del país.
En el 2019, por ejemplo, obtuvo el segundo lugar entre este tipo de centros a lo largo de la Isla, gracias a una meritoria labor que incluyó 17 acciones correspondientes al plan nacional de capacitación, y 60 pertenecientes al plan provincial.
Maritza Bernal, su subdirectora, explica que entre ellas se incluyeron seminarios, conferencias y cursos posgrado, entre otras actividades.
La institución además resultó la más destacada nacionalmente en el área de dirección.
Maritza señala que el centro tiene la misión de preparar a los cuadros del MINAG y propiciar la superación constante del resto de los trabajadores del sector.
“En estos momentos, por ejemplo, se desarrolla un diplomado sobre sanidad vegetal, y se prepara otro sobre sanidad animal”, dice.
La funcionaria destaca el apoyo de otras instituciones como la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, con las cuales existen estrechos vínculos de trabajo.
“Con la universidad mantenemos un trabajo permanente, y cada dos meses se efectúa una reunión conjunta entre nuestros organismos, para evaluar los objetivos recogidos en el convenio de colaboración entre el Ministerio de Educación Superior y el Minag”.
En los 11 municipios pinareños, en los cuales existen subsedes de la Escuela, también se realizan numerosas acciones en pos de la capacitación técnica y la superación posgraduada.
“Para ello, resulta fundamental el respaldo de los organismos globales que conforman el Sistema Integrado de Gestión del Conocimiento”, afirma, la subdirectora.
No obstante, reconoce que hay aspectos en los que es preciso continuar avanzando.
Es el caso de la categorización de muchos especialistas que pudieran contribuir a la docencia.
“Nuestros profesionales son quienes tienen la experiencia práctica de lo que se hace en la producción. Pero no son pocos los que hacen resistencia a categorizarse.
“Este es un tema en el que tenemos que aumentar los esfuerzos”, añade.
Unido a ello, hoy se potencia la capacitación en las 18 especialidades que cubren las funciones estatales de la agricultura.
“Durante años hemos tenido personas ocupando plazas de especialistas, que en realidad no lo son. Por ejemplo, un ingeniero agrónomo fungiendo como especialista de sanidad vegetal.
“Por eso se pretende que quienes cubren una plaza de especialista realmente lo sean”, detalla Maritza.
Con tales retos, la escuela pinareña se adentra en el 2020, consciente de todo lo que la ciencia y el conocimiento pueden aportarle a un sector que mueve la economía pinareña, en el que es preciso multiplicar producciones y elevar la eficiencia.
Un aporte desde el conocimiento
- Ronald Suárez Rivas
- Agricultura
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