En la tarde del martes 14 de enero, el perfil institucional de la Embajada de los Estados Unidos en Cuba en la red social Facebook, publicó un post de la señora Mara Tekach, Encargada de Negocios de esa sede diplomática, en el que hacía referencia a una visita reciente a la finca de Ariel y Omara Ruiz Urquiola, en el municipio pinareño de Viñales.
En el texto, los califica a ambos como un ejemplo de creatividad y amor al trabajo, y expresa que el área que ocupan constituye un “verdadero proyecto agro-ecológico”, que demuestra “la importancia de que la producción de alimentos esté en manos de a quienes debe beneficiar: el pueblo cubano”.
Al respecto, la Delegación Provincial de la Agricultura de Pinar del Río, desea aclarar que la tierra que ocupan Ariel y Omara Ruiz Urquiola, fue entregada en usufructo en el año 2016, a partir de la política aprobada por el país, y que aún no ha arrojado los resultados esperados, ni entregado producción alguna en beneficio del pueblo.
Por tanto, los elogios que hace la señora Mara Tekach son inmerecidos. En nuestra provincia existen más de 15 989 personas que han recibido tierras en usufructo, y son incontables los buenos ejemplos de consagración, buenas prácticas y dedicación al trabajo, que contribuyen, con su esfuerzo, a la producción de alimentos para nuestro pueblo.
A pesar de las carencias que impone el bloqueo norteamericano contra nuestro país, el cual se ha recrudecido de manera brutal en los últimos meses, los campesinos pinareños han sabido sobreponerse a las dificultades, sustituyendo los tractores por la tracción animal y otras prácticas ancestrales, a fin de no renunciar al compromiso de aportar a la economía del país y a la alimentación de nuestra gente.
En este sentido, abundan las experiencias que la señora Tekach debería conocer, por lo que la exhortamos a acercarse verdaderamente a la realidad de nuestros campesinos, y sobre todo, a que desde su posición, influya con su Gobierno, para que cesen las medidas que de manera obsesiva ha estado implementando, y que afectan a todos los cubanos, incluyendo a los hombres y mujeres del campo.