Cae la tarde frente al hotel y los familiares van llegando al lugar que días antes estaba lleno de rescatistas, bomberos, miembros de la Cruz Roja y de la brigada canina. Hoy, cuando la misión que nadie quiso tener que cumplir está terminada, se escucha el silencio y el espacio se llena de lágrimas. Y flores. Los familiares traen flores.
Frente al Saratoga quedan ahora los rostros de los 46 nombres que no olvidaremos. Sus familiares pasan y prenden velas. Entre ellos está Sultán, uno de los perritos rescatados hace unos días de entre los escombros del edificio contiguo. Su dueña murió. Hay despedidas que nunca deberían tener lugar y en Prado, entre Dragones y Monte, hay 46 que no deberían haber ocurrido nunca.
Por el espacio dedicado al homenaje pasan gente vestida de uniforme, gente llorando, gente que se agarra a otra para no tambalear. Hay gente. Muchas más personas esperan en las calles que rodean al Parque de la Fraternidad a la espera de entrar a decir adiós. En algún momento el pintor cubano Nelson Domínguez hace llegar un cuadro llamado Virgen luctuosa, su tributo a las víctimas del accidente.
Poco antes de las nueve de la noche llega el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, y Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República.
Se detienen en silencio. Miran el Saratoga, los nombres de los fallecidos. Rinden tributo. Unos minutos después se escucha el audio que hemos reproducido ya miles de veces. Ese que nunca quisimos que nos recordara a Barbados: “Tenemos una escuela aquí y vamos a evacuar la escuela, vamos a evacuar la escuela completamente. Hay mucho pánico aquí. ¿Recibió? Es necesario ahí que usted me vaya enviando la técnica de rescate urgentemente. Urgentemente la técnica de rescate”. El jefe del Comando 1 de Bomberos solicitando la técnica de rescate y evacuando la escuela. Y todos guardan silencio. Cientos de personas se han puesto de acuerdo a la vez y callan.
Luego se pueden ver en vídeo los rostros de los héroes de estos días. Los que no pararon de buscar nunca. Los que pasaron Día de las Madres y cumpleaños aquí. Los de 21 años y los de 60. Ojalá no se nos olvide nunca ver sus rostros, incluso cuando no sea en medio de la tragedia. Algunos de ellos están aquí, una vez más. Otros toman un descanso después de casi 150 horas de búsqueda.
A las 9:00 p.m. suena el cañonazo. Cuba guarda un minuto de silencio y todo el mundo prende velas y linternas. A esa misma hora cientos de estados de WhatsApp se llenan de luces. Hay silencios que hablan más que el sonido y en este se puede sentir el dolor compartido.
Detrás de los rostros, las flores, las velas... todavía se puede ver la foto de 15 y el sombrero intactos de los vecinos que ya no volverán a casa. La gente se seca las lágrimas y susurra. Hace 168 horas que Cuba se vistió de luto y solidaridad.