Como ya es costumbre en la casa de los padres de Mijaín López se reúne su amplia familia y los amigos para disfrutar de sus actuaciones en competiciones internacionales. La serenidad y confianza con que peleó en cuartos de final y semifinal calma los ánimos. Cuando ganó su quinto título panamericano todos aplaudieron, rieron y hasta alguna lágrima se asomó.

“Ahora le daba cuatro besos y un apretón y le decía ¡oye ganamos y estamos preparados para la próxima! Y también que esa medalla había que dedicársela a nuestro Comandante Fidel en su cumpleaños”, dijo emocionado Bartolo López, el padre.
Otras motivaciones se sumaban. El luchador cinco veces campeón del mundo y con tres oros olímpicos fue seleccionado como embajador para estos juegos y una vez más abanderado de la delegación cubana.
“Mira, Mijaín cumple todo lo que se propone, se lo demuestra al mundo entero, es que no solo se defiende él, defiende a su patria y trata siempre de traer la medalla para que la bandera cubana siempre esté en lo alto”, comentó Leonor Núñez, su mamá.

La victoria del pinareño enorgullece. Es que más que un campeón está el amigo, el cubano laborioso y compañero.

“Mijaín es hombre, hermano, amigo, es la humildad que lo caracteriza siempre”, manifestó a red Pinar su cuñada Yanet Pedroso Martínez. Y Jorge Luís Marrero Dueñas, director municipal de deportes en Consolación del Sur, agregó “respeta y atiende a todo el mundo con naturalidad, de cubano, por eso ha llegado donde ha llegado. Es una leyenda”.

Mijaín cumplió una vez más con su pueblo y la patria con la que siente el compromiso de ir bien y por más.