powered by social2s

La primera vez que conversé con Yasmany Sotolongo Mocavki, lo hice por teléfono, sentí la impresión de que era una persona feliz y enamorada de lo que hacía, lo que pude corroborar al finalizar el curso escolar 2018-2019, cuando tuve la oportunidad de encontrarme con él.

El corazón le arde de pasión por los niños; ello fue lo que junto a un creciente amor por el magisterio, lo ayudaron a definir su deseo de ser maestro, profesión que desempeña en el seminternado Marta Abreu, ubicado en el consejo popular Santa Lucía, al norte de Minas de Matahambre.

Sentado frente a un buró en el propio centro, no dejaba de mover entre sus dedos un papel o un abanico que alguien dejó por allí, mientras me comentaba acerca del quehacer del Movimiento de Pioneros Exploradores, tarea que conduce durante el periodo y otros temas referidos a las actividades escolares.

“Mis niños”, es el término que usa al referirse a sus alumnos.

En el momento de concluir el noveno grado, Yasmany no pudo continuar estudios por razones ajenas a su voluntad, sin embargo dos años más tarde tuvo la oportunidad de incorporarse a un curso de superación, otorgado por el Ministerio de Educación para jóvenes desvinculados, donde obtuvo la carrera que lo llevó a cumplir su sueño.

A todos los interesados los enviaron para escuelas primarias con el fin de comprobar si realmente tenían la vocación por la enseñanza.

Hasta la Marta Abreu llegaron cinco aspirantes a maestros.

“El único que se quedó fui yo”, dice satisfecho con una sonrisa amplia, en los gruesos labios.

La maestra Luisa Gavilán, a la cual tiene “mucho que agradecerle”, le fue adiestrando y alrededor de un mes después, le asignaron la tarea de impartir una clase.

“Fue de Español, con muchas dificultades, pero lo hice”–Recuerda.

“Aquella primera vez fue muy importante para mí”.

Cinco años de estudio culminaron en una exitosa graduación. Yasmany resultó el alumno más integral del curso. Casi no podía creerlo cuando escuchó su nombre.
“Los que estaban a mi lado me decían: -Yasmany eres tú-, porque yo no me moví del puesto”.

Escudriñar los rostros de los pequeños para conocer sus estados de ánimo, es una de sus primeras ocupaciones, al llegar al aula. Ellos no se dan cuenta pero el “maestro” los observa.

Cuando se percata de que hay “algo anormal” enseguida se da a la tarea de averiguar.

Tampoco se dan cuenta pero él está investigando que es lo que le preocupa al estudiante.

Así el joven maestro detecta que asunto afecta al niño o niña y en muchas ocasiones logra ayudarlos.

Alrededor de cinco años tiene en la dulce tarea de enseñar, “la piedra brillante”, como le catalogó Caridad Cordero, maestra de más de 40 años de experiencia, ahora agradecido de la Revolución, aún más por el aumento salarial que percibe desde ya, este sector.

Sudoroso y con los nervios a punta de piel, lo captó el lente de mi cámara, mientras realizaba la función de maestro de ceremonia en el acto municipal de fin de curso, efectuado en su plantel.

Por: Edilia Martínez La Rosa
Periodista de Radio Minas
Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @ediliaminas

powered by social2s