El gobierno local de Mantua analizó la situación epidemiológica del territorio y las implicaciones derivadas de sus efectos físicos y psicológicos en la población local, como la atención personalizada a los problemas de salud que experimenta la población, fundamentalmente en aquellas comunidades alejadas de la cabecera municipal.

Noemís Sotuyo Ventura, presidenta de la Asamblea Municipal expresó: “Es vital la confianza de las personas en las instituciones del Estado, en los cuadros, pero para ello tiene que existir empatía, tiene que existir entrega. No se concibe una actitud insensible, una llamada no respondida, un problema que no se enfrente, aunque la respuesta no sea la más satisfactoria”.

Por su parte, Yoandy Cueto Martínez, primer secretario del Partido, criticó la lentitud en cuanto a acudir al llamado de quienes tienen la misión de velar por la vida de los ciudadanos. “El transporte tiene que estar presto, centralizado- dijo- como el cuadro tiene que responder al teléfono, coordinar, ejecutar y garantizar que los esfuerzos de los médicos tengan una respuesta en la agilidad y la celeridad de los que estamos para apoyarlos”.

Las cuestiones de la alimentación, esenciales en grado sumo para combatir la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, ocuparon un lugar primordial en el encuentro.

Diversas voces de la administración se pronunciaron por activar de forma inmediata la concurrencia de las estructuras productivas, ante la necesidad de suministrar alimentos a los casi 10 000 habitantes de la villa, afectados mayoritariamente por los últimos 18 meses.

Combatir especulación y la venta con precios excesivos de plátanos, malanga y frutales, que  suscitó críticas de delegados y representantes de organizaciones de masas y funcionarios de atención a la población presentes en el contacto de trabajo.

Otra vertiente criticada por Cueto Martínez fue la insuficiente gestión del comercio local para activar mecanismos de alimentación colectiva a través de la adquisición de productos del campo y su posterior reelaboración.

“Ante los retos que nos pone la pandemia, los enemigos del proceso y nuestras deficiencias, no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Caldosas, sustancias, comidas para llevar, tal como se hizo en un momento, hoy son las eternas ausentes, y la población tiene que alimentarse de inmediato”.

“Hay comida en los campos- precisó Eduardo Perera, delegado de la Agricultura en la localidad, solo que hemos de reorganizar, llegar otra vez a las estructuras donde el virus enfermó a juntas directivas completas y también donde la indolencia hizo lo suyo, pero seremos capaces de recuperarnos”.