A pocas horas de recibir el año nuevo y las transformaciones que le acompañarán, preguntarse cuánto más podemos hacer para estimular el desarrollo económico del territorio resulta casi obligatorio.
Por estos días recordaba un tema musical que asume la necesidad de cambios en la casa sin prisa para no dañar los cimientos, a propósito de la avalancha de criterios que suscitan las transformaciones que en materia económica proponen en el país.
Marcha a la cabeza, por supuesto el anuncio por fin de los precios previstos, a partir del primero de enero.
Como cubana que soy, me mantengo al tanto de cada información sobre ese punto y por supuesto analizo riesgos, beneficios y obviamente también saco mis cuentas.
La Tarea Ordenamiento está insertada en la estrategia económica – social diseñada por el Gobierno cubano como alternativa para superar la crisis.
Les recuerdo esta frase porque cada acción que conforma esa estrategia, tiene precisamente ese objetivo: Superar una crisis acrecentada por el hostigamiento del imperio norteamericano y el azote la Covid-19.
En este 2020 la economía del territorio se manifestó en cifras negativas, algo que era de esperar, ante un escenario tan acomplejo; sin embargo, a pesar de los embates, el municipio no renuncia al desarrollo.
Por eso los números para el 2021 apuntan a buscar un crecimiento en los indicadores económicos.
En proporción directa con el control de la pandemia y el cumplimiento de actividades claves como el turismo y las exportaciones, deberá ser entonces la recuperación gradual de la actividad, tanto productiva como social.
Es una gran aspiración y una tarea sumamente compleja, no obstante a mi juicio, los cambios que vislumbramos en el futuro cercano para la economía y algunas ya puestas en práctica, preparan el camino para llevar de la teoría a la práctica, las direcciones fundamentales del plan en el año que ya está a las puertas.
No sin esfuerzos, claro está. Me refiero por ejemplo de las medidas que le otorgan mayor autonomía a la empresa estatal y en lo sucesivo al Ordenamiento Monetario, este es un cambio profundo que sacudirá a todas las estructuras de la economía.
En este sentido, algunos expertos en la materia plantean que se concibió una transformación tan importante y con tantas complicaciones.
Son cambios que sin dudas implicarán un ajuste, que como ya explicaron generan expectativas, imposible evitarlo.
Pero si hablamos de que el sector productivo podrá estar en mejores condiciones para generar las riquezas que el municipio necesita, que las entidades exportadoras tendrán mayores incentivos, que crearán las condiciones para igualar el sector estatal con el no estatal con el propósito de corregir la pirámide invertida, a partir de remunerar a los de mayor aporte e incentivar el trabajo.
Entonces creo que la balanza inclinará en otro sentido, a pesar de los riesgos en los cuales también pensaron minuciosamente.
En esta ecuación es imposible no incluir la necesidad de eliminar el burocratismo. Además que la batalla contra la corrupción y las ilegalidades sea parte de las prioridades, y por supuesto que ese cambio de mentalidad tan necesario, pase de ser discurso a una práctica cotidiana, para que no nos gane la desidia y el inmovilismo.
Por tanto, asumir los cambios para bien y como una necesidad para crecer, es una buena manera de recibir el 2021, que ya tocó la puerta.