Pedro Azcuy Gavilán, jefe de colectivo y de la UEB 3 del municipio cabecera, aseveró que hoy laboran en las áreas exteriores, cisterna, impermeabilización de techos, rejas y en la electricidad de los apartamentos, de cara a concluir lo antes posible este compromiso y que los afectados debido al paso de eventos climáticos puedan disfrutar de viviendas dignas.

La presencia de la pandemia en Cuba ha incidido en la marcha de las obras planificadas por la entidad para este año; no obstante, de las 299 casas previstas en el actual calendario los trabajadores ya culminaron 206 en la provincia.

Así lo explicó Frank Amarán Armenteros, director de producción de ATTAI, quien detalló que la fluctuación de la fuerza de trabajo sigue siendo un elemento que repercute en las acciones constructivas planificadas.

La intermitencia en la entrada de recursos, principalmente aparejado a la situación epidemiológica y los déficits de combustible, también han impactado en las labores, precisó Amarán Armenteros.

Pero el empeño de hombres y mujeres como los que día a día trabajan en Micro 5 demuestra que los constructores pinareños no creen en imposibles, incluso frente a las precipitaciones que este año han sido superiores en la provincia.

Jorge Luis Cruz Ozuna, jefe de colectivo, dijo que enfatizan en la calidad de las terminaciones, aspecto en el cual ha insistido en reiteradas ocasiones la máxima dirección del país y que ellos han ganado a base de experiencia, así como por la presencia de maestros de la construcción de diferentes oficios y de un técnico de calidad.

Sin descuidar las medidas higiénico- sanitarias requeridas para la fase de transmisión autóctona limitada en la que se encuentra el territorio más occidental de la Isla, los cerca de 48 obreros vinculados a Micro 5 han logrado que no “entre” la COVID- 19 a ese grupo.

Porque es habitual para todos el uso del nasobuco en cada faena, la desinfección de las manos con hipoclorito de sodio y las charlas en las mañanas antes de comenzar cada jornada.