Acostumbrados a desfilar todos juntos en la arteria principal de la ciudad de Pinar del Río y en los municipios, los trabajadores de la Empresa de Construcción y Montaje ATTAI vivieron un Primero de Mayo diferente, a la altura de las exigencias de estos tiempos de COVID- 19.
Cada trabajador tiene ahora la misión de cuidarse y cuidar a su familia, compañeros de labores y vecinos. Y aunque algunos no pudieron quedarse en casa en esta jornada debido a sus funciones- sobre todo los implicados en la construcción de viviendas- otros sí lo hicieron y celebran con el entusiasmo de cada año el Día Internacional de los Trabajadores.
Devenidos plazas, los hogares atestiguan la creatividad del proletariado cubano, engalanados con los elementos que distinguen a los obreros de un sistema social justo y democrático, en el cual cada trabajador cuenta con garantías laborales.
No son pocas las iniciativas tejidas en Internet que convocan a compartir en las redes sociales las experiencias de un día en el cual no participamos en la tradicional marcha, y muchos no estamos junto a nuestros colegas para festejar; pero sí agradecemos la dicha de contar con una Revolución erigida con todos y para el bien de todos.
Una jornada apropiada también para realizar una mirada a los logros y retos de cada actividad, en pos de mejoras traducidas en la satisfacción de las demandas de la economía nacional y de la población.
A dos décadas de aquel primero de mayo en el que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz enunció el más acabado concepto de Revolución, con ese sentido del momento histórico que nos llama a cambiar todo lo que debe ser cambiado, actualmente los constructores desafían una poderosa fuerza dentro del ámbito nacional, conscientes de lo que representan el altruismo, la solidaridad y el heroísmo.
Y como en otras ocasiones, este año el primer bloque de nuestro desfile hogareño está encabezado por cada uno de los valientes de hoy, esos que en disímiles líneas de combate luchan contra la COVID- 19 por el bienestar de todo un pueblo.