La reciente visita del Ministro de Justicia de Cuba, Oscar Manuel Silvera Martínez, a Pinar del Río, deja a los trabajadores jurídicos muchas ganancias, y no digo ganancias en el orden monetario o de riquezas tangibles, sino como expresión de compromiso con el trabajo, con el hacer como servidores públicos que son.

Disfrutar de un buen comunicador, de una buena charla amena, que te lleva a interiorizar el camino a transitar en las nuevas transformaciones de la Cuba de hoy, devino el intercambio con la máxima autoridad del ramo.

El Ministro nuestro es un hombre sencillo, de origen humilde, con solo 15 meses en la responsabilidad ministerial que ostenta, pero comprometido hasta “el tuétano con el sector”, como me manifestó una vieja trabajadora.

En cada municipio, entidad, oficina que visitó hizo señalamientos, pero con un cascabel en la mano. Dialogó con franqueza con los trabajadores. Dejó recomendaciones y sugerencias que revisará en su próxima visita en enero de 2020.

Llamó a lograr más calidad y agilidad en los servicios que se prestan en las Notarías, Registros Civiles, Registros de la Propiedad. Pidió completar la fuerza de trabajo allí donde las plantillas están incompletas.

Su meta es que los recursos humanos se conviertan en verdaderos servidores públicos que tengan la preparación no solo profesional, sino también desde la educación formal y el buen trato para con la población.

Sentí en el recorrido que el Ministro de Justicia sigue el sistema de trabajo de nuestro Presidente Díaz Canel, pero lo más importante es que su manera de interactuar con los profesionales es también una manera de pensar a Cuba.

No hubo la tensión que se vive en las visitas de primer nivel, más bien fue una tarde de viernes para el aprendizaje, para revisar en el interior de cada uno de nosotros cómo marchan las cosas, y plantearse un Ministerio de Justicia desde las provincias como quiere y necesita esta isla, rebelde y heroica a un mismo tiempo.

Ya se espera con ansias en Pinar el primer mes del año venidero.