Cristian esperó por ese día durante todas las vacaciones. Disfrutó del periodo estival, pero siempre con el deseo de que llegara el momento de iniciar el curso en el instituto vocacional de ciencias exactas Federico Engels (IPVCE).
Septiembre hizo su sueño realidad: ahora está allí y forma parte del colectivo de alumnos. Para su familia constituyó un orgullo que él pudiera ingresar en la misma escuela donde estudiaron sus padres.
Sabe Cristian que el IPVCE pronto cumplirá sus 40 años y en estos días recibirá el Premio del Barrio, que otorgan los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), a personas e instituciones que contribuyen a la unidad y a la formación de valores en la sociedad cubana.
También domina que hombres y mujeres, de varias generaciones de pinareños, han pasado por las aulas de la “Federico Engels” y casi todos, para no generalizar, forman parte hoy de un gran “contingente” de profesores, médicos, científicos, empresarios, económicos, abogados, periodistas, artistas y demás profesionales que brindan sus conocimientos y servicios, tanto en Cuba como en otros países del mundo.
UNA CEDERISTA DE 40 Y MÁS
La alegría propia de la juventud y la responsabilidad ante el estudio y otras tareas puede ser lo que caracteriza al estudiantado de la “Vocacional”.
Esa apreciación la tuvo Guerrillero al conversar con Elianys Orraca Álvarez, alumna de 12 grado. Ella tiene muy claro el propósito del plantel donde estudia: “Cuando nuestro Comandante inauguró la institución, lo hizo con el objetivo de formar a hombres de ciencia y garantizar el futuro de este país, y pienso que se cumplió.
“Aquí se trabaja intensamente con todos los estudiantes y tenemos un claustro de profesores que son excelentes, que dan lo mejor de sí, y eso es lo que esperan de nosotros”.
Habló de la Copa Regional de Occidente y del evento de sociedades científicas, en los cuales aspiran a obtener buenos resultados.
“El grupo tres de duodécimo, por ejemplo, desarrolla un proyecto ambiental para presentarlo, el cual trata de un hogar pasivo y sostenible, que prácticamente funciona sin consumir energía eléctrica”.
La joven destacó los diferentes proyectos artísticos. “Siempre en cada matutino y conmemoración los artistas aficionados se presentan; también vienen alumnos de la escuela de arte y participan en actividades del centro y en eventos de los CDR, de la comunidad y el Minint”.
Para ella el Premio del Barrio constituye un orgullo, porque: “La célula fundamental de la sociedad es la familia, y decir comunidad significa decir familia, y esa relación es muy importante, pues permite el desarrollo de los escolares”.
UN PREMIO MERECIDO
Maikel Luis Díaz Díaz, subdirector general de trabajo educativo del IPVCE, habló en nombre del claustro, un colectivo de profesores que se caracteriza por la calidad del proceso docente educativo y por formar pupilos aptos para emprender el camino universitario y el de la vida.
Con una matrícula actual de 857 estudiantes –de ellos 299 de nuevo ingreso– y 221 trabajadores –105 docentes– cada día la “Federico Engels” emprende nuevos retos; pero por el momento, con más de 17 000 graduados de la enseñanza Media Superior en los 40 años de labor, ya hacen historia en esta provincia.
“A nosotros, las nuevas generaciones que hemos entrado a este colectivo pedagógico, nos toca crecernos y continuar la obra creadora”.
Maikel comentó que cada acción que han hecho en este aniversario la dedican a Fidel, a Raúl y a la Revolución, pero sobre todo al pueblo pinareño que espera de ellos lo mejor.
Pretenden en este curso que el ciento por ciento de la matrícula de 12 grado ingrese a las universidades del país en carreras de ciencias, su razón de ser, así como mantener resultados satisfactorios en los eventos científicos inves-tigativos y en los concursos a diferentes niveles.
Muchas son las actividades por el cumpleaños, entre ellas las de perfil cultural, deportivo, ideológico y recreativo, como galas, conciertos y conversatorios sobre la vigencia de las ideas del Che, Camilo y Fidel.
Además, en el ámbito constructivo trabajan en la reanimación del comedor escuela y del cine, este último, un espacio emblemático de la institución.
También acometen obras de imper-meabilización, teniendo en cuenta que el inmueble nunca recibió una reparación capital.
El IPVCE mantiene el vínculo con la comunidad, por eso realizan actividades de conjunto para la prevención del consumo de drogas y estupefacientes, algo que puede afectar a adolescentes y jóvenes.
“La escuela ha estado abierta a los barrio debates, participamos no solo en los alrededores, sino que fuimos hasta la glorieta de Montequín y allí desarrollamos acciones profilácticas”, apuntó Maikel.
Reza una canción que a los 40 años se tiene la amalgama completa: experiencia y juventud. La “Federico Engels” da fe de esto cada día.
Maestros, fundadores, alumnos, trabajadores... son los protagonistas de una historia que comenzó hace cuatro décadas y que hoy se extiende a los barrios pinareños.Tomado de periódico Guerrillero
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