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Al respecto refirió entusiasmado que “lo más importante es unirnos, trabajar en equipo con mucha disciplina. Realizamos los entrenamientos de 9 a 11 de la mañana y después de 5 a 7 de la tarde, y aquí cero bebida, ni visitas de la familia.

Esta es una etapa importantísima porque se trazan estrategias de trabajo. En el tiempo libre juegan dominó, escuchan música, ven filmes y descansan, porque les aseguro que después de los entrenamientos quedan agotados. Estamos conscientes del compromiso que tenemos con el pueblo de Pinar del Río y por nada del mundo queremos fallarles”. Por su parte Julio Alberto Candelaria, preparador físico del equipo, argumentó que la playa es un lugar perfecto para entrenar.

“Estamos haciendo un trabajo bien específico de fortalecer el tren superior, medio e inferior a través de ejercicios en el agua y la arena, que posibilitará en las próximas semanas tener una capacidad de trabajo mucho mejor. Realizaremos próximamente el segundo test pedagógico en el estadio Capitán San Luis, donde haremos una comparación de los resultados óptimos en los test de velocidad, fuerza, flexibilidad y resistencia, con respecto a lo realizado anteriormente.

“También este trabajo nos permite elevar la dinámica del grupo, fortalecer valores como el compañerismo, la solidaridad y el respeto, además de lograr una mayor simbiosis con el colectivo de dirección. Es necesario destacar la atención recibida en la playa en relación con la alimentación, las condiciones de alojamiento y el cariño que brinda todo el personal involucrado con nosotros en estas dos semanas de trabajo. Esta experiencia ha sido bien importante para todos y creemos rendirá frutos.

Esperamos tener un buen rendimiento en el Campeonato, tributando al objetivo número uno, que es lograr la clasificación del equipo a la segunda fase”. Medardo Santovenia Ramos, director de la Unidad Básica Bailén, explicó que todo el equipo de trabajo está en función de atender a todas las personas que vienen a disfrutar en este lugar, que cuentan con 116 cabañas, entre ellas 37 villas, 4 biplantas que prestan servicios a organismos, además de tener un centro de elaboración y distinguirse por la calidad de la comida.

“Para los que trabajamos aquí no hay distinciones en la atención a los huéspedes, pero, sin dudas, nos encanta ver a nuestro equipo de béisbol correr por las arenas de esta playa y nadar en las aguas de Bailén”, dijo Santovenia.

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