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Previo al inicio de la Serie Nacional Pinar del Río ganó todos los torneos de preparación en los que participó. Después, a la hora buena, han seguido con el mismo ímpetu y los Vegueros están «cosechando» una gran temporada de pelota, con un Pedro Luis Lazo a la cabeza que se ha fumado la arrancada del campeonato como mismo hace con los tabacos hechos con hojas de la familia Robaina.

Entre Yosvany Torres, Erlis Casanova, Yoandy Cruz y Yosvany Álvarez se han repartido, a partes iguales, los triunfos; el quinto en la rotación, Yaifredo Domínguez, no ha aportado victorias, pero sus números no son desdeñables (PCL: 3.06 y WHIP: 1.36); incluso, es el que más poncha de ellos (13). Y de las conexiones que le dan, casi 90 por ciento son rodados y elevados, los batazos con los que más probabilidades hay de facturar los outs.

De un momento a otro, la suerte debe posarse en su brazo. Del otro tercio de los juegos se han encargado con acierto los relevos. Sobre todo, dos. Frank Luis Medina se ha subido seis veces en el montículo y tiene dos victorias y tres salvamentos, e Isbel Hernández, en igual cantidad de ocasiones ha tributado tres salvados y un triunfo. Pero a todos los miembros del staff, Lazo les ha dado oportunidades.

¿Cómo será la historia cuando se incorpore la tríada Raidel-Moinelo-Baño, si ahora ha sido difícil hacerles carreras a los serpentineros de Vueltabajo? A la defensa, los líderes de la Serie Nacional juegan tres puntos por encima de la media (973), y su bateo colectivo (.296) también supera con creces el .282 de average de la liga.

Su promedio de embasados es de .400, pues además de conectar hits, sus bateadores han exhibido paciencia a un lado u otro del home plate, lo que les ha servido para recibir 81 bases por bolas, entre los elencos que más coloca corredores en circulación por esa vía.

La escasa producción de vuelacercas (8), Lazo la ha suplido con jugadas «chiquitas» para fabricar carreras, gracias, entre otras virtudes, a la velocidad de sus corredores (12 estafas) y al buen tacto de sus muchachos, quienes se han ponchado apenas 41 veces, de los que menos veces se han ido para el banco sin hacer contacto con la bola.

Sin embargo, por muy buenos que sean los números —colectivos e individuales—, un resultado tan sólido como el de los Vegueros hasta ahora solo es posible con team work, disciplina y una gran sed de victoria. De todo eso, Pinar del Río tiene por quintales. Tanto como de las hojas con las que fabrican el mejor tabaco del mundo.

Con tan buen paso y tantos elogios, el estadio Capitán San Luis se pinta como una de las mejores sedes posibles para el Juego de las Estrellas de este año. ¿Qué usted cree?

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