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A Yosjaniel Hernández Vélez lo vi por primera vez hace poco menos de un mes, en la entrega de los reconocimientos a los mejores atletas del año en Pinar del Río.

Como otros tantos asistentes a la gala, me sorprendió sobremanera que aquel niño de apenas 12 años y bajísima estatura, se codeara ya con las más grandes luminarias del deporte en la más occidental de las provincias.

Tras su historia fui hasta la Academia Provincial de Natación -centro anexo a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Ormani Arenado - donde bien temprano le encontré junto al resto de los bisoños nadadores que allí se forman, en una sesión de entrenamiento.

Yosjaniel, quien cursa ya el séptimo grado, es atleta discapacitado de la ACLIFIM desde hace tres años, un período de su vida que aunque gratificante le ha exigido mucha voluntad y perseverancia.

“Al lado de mi casa en la Coloma hay un muelle y yo casi todos los sábados iba con mi mamá allí y nos bañábamos, eso era cuando yo tenía como siete años”, me cuenta mesa por medio, en una de las estrechas aulas de su centro educacional.

Alentado por un profesor de nombre Eddy y captado más tarde por una comisión de entrenadores que un día visitó su escuela, viajó con apenas nueve abriles a la capital vueltabajera para incorporarse a la Academia de Natación.

El separarse por primera vez del hogar no resultó en inicio fácil para Yosjaniel, sin embargo poco a poco la añoranza fue pasando y nuevas y grandes amistades fueron surgiendo para él.

“Cuando empecé, extrañé un poco, después mi mamá habló conmigo y eso se me quitó, ella a principio le decía a un muchacho aquí que me cuidara, él me enseñó toda la escuela, los amiguitos que tenía y así fue que me empecé a relacionar con todos”.

Varias veces medallista en citas escolares, su principal resultado, no obstante llegó en 2018 cuando obtuvo cinco preseas, dos de plata y tres de bronce, en el evento nacional para mayores de 16 años, torneo al que asistió por invitación.

“No sentí presión de competir contra ellos, porque desde que nací he convivido con gente grande”, afirma.

En ese certamen, concluyó en varias pruebas por detrás nada más y nada menos, que del Campeón Paralímpico de Río de Janeiro 2016, Lorenzo Pérez Escalona.

“Él es perspectiva del equipo nacional, por eso lo invitaron el año pasado, tienen bastante interés en él y le dan seguimiento constantemente, incluso el entrenador del seleccionado nacional vino antes de irnos de vacaciones para verlo y se comunica mucho conmigo”, asegura su entrenadora Yoalis Carmona, quien a pocos metros de donde estamos ha seguido atentamente la conversación.

Si bien sus tiempos en la alberca son muy buenos, según Yoalis en lo que más destaca su pupilo es en la depurada técnica que muestra en los cuatro estilos de competencia.

“Sé que dedo ser bueno en el deporte pero también en las clases, llevar las dos cosas al parejo”, me comenta al respecto Yosjaniel, quien según sus profesores es también un estudiante responsable.

“Él es tan carismático que llegó el momento en que todos los veíamos como a un bebé, además la vida lo ha madurado quizás porque su discapacidad ha hecho que dentro de la sociedad él tenga que ser más que los demás”, nos comenta María de las Nieves Rodríguez, directora de la Academia.

Su escaso tamaño, no ha impedido al joven nadador desarrollar una vida normal por lo que como otros niños de su edad en sus tiempos libres ama jugar fútbol, béisbol, escuchar música y muy de vez en cuando salir con su tío a pescar.

Enamorarse es también una de las cosas que frecuentemente hace Yosjaniel, quien al ser interrogado sobre este tema no puede dejar de sonreír de manera picaresca.

“Aquí no tengo ninguna novia pero allá (en la Coloma) sí y se llama Irina”.

Otro aspecto que no pasa inadvertido para este periodista, es su amor a la familia y sobre todo a sus abuelos con quienes vive desde que era bien pequeñito.

“Desde que nací me crie con ellos, los quiero tanto como a mi mamá o a mi papá, aunque los tengo al parejo a todos”, concluye como queriendo no hacer distinciones.

El reconocimiento de mejor atleta del año de la ACLIFIM en 2018, ha sido una de las mejores cosas que le pasado en su vida, razón por la cual unas efímeras lágrimas aparecen en sus ojos cuando hablamos de ese tema.

“Me dio alegría, conocí a mucha gente, no esperé estar ahí tan rápido”, confiesa al respecto.

A este excepcional niño, quien en secreto sueña con llegar a ser como el nadador estadounidense Michael Phelps, la natación le ha dado un nuevo sentido a su vida.

Sin importar la limitación que le afecta, él ha tomado las riendas de su propio destino, ese que estoy convencido lo llevará a ser grande entre los grandes.

Yosjaniel Hernández Vélez mejor atleta ACLIFIM en Pinar del Rio 02

(Tomado del sitio www.guerrillero.cu)

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