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Con un plan de 313 viviendas para el presente año, siguiendo la política del país de subsanar todos los inmuebles dañados por efectos climatológicos, el municipio de San Juan y Martínez pone hoy manos a la obra en esta imperiosa tarea.
De acuerdo con Yodel Monterrey Hernández, vicepresidente del CAM para atender las construcciones, en el municipio existen hoy 1 157 derrumbes totales. De ellos 190 de subsidios son subsidios, 32 por esfuerzo propio y 92 del plan estatal.
No obstante, gracias a la producción local de materiales de la construcción, San Juan y Martínez tiene la capacidad instalada para poder producir una vivienda diaria, todo ello en consecuencia con los recursos y la materia prima que se asignen al territorio.
“Hoy contamos con cinco productores que trabajan a tiempo completo realizando casi todos los elementos que componen una vivienda. Además, existen otros cinco identificados en diferentes consejos populares, para en caso de mayor fluidez de recursos, poder hacer extensivos y factibles estos renglones para la población en general”, aseguró el vicepresidente.
Dariel Azcuy Fernández, – el víctima para sus amigos – es uno de los que ponen cada día más empeño en la producción local. Con un centro de este tipo bajo su cargo, se exige a sí mismo la calidad de todo lo que en su local se trabaje.
“Hasta la fecha no hemos tenido problemas con los recursos y las producciones van saliendo en consecuencia. Se les está brindando especial atención a los subsidiados, los que tienen acceso a todos los elementos que aquí producimos, desde el mosaico hasta los techos”.
“Actualmente estamos haciendo seis producciones, con la satisfacción de tener listos todos los elementos que componen una vivienda cada dos días. En el caso de los bloques siempre tratamos de esforzarnos un poco más, al punto de tener listos los necesarios para una vivienda diaria. Por hablar de algunos datos en el caso de los bloques de 15 alcanzamos los 10 000 y en el caso de los de 10 más de 3 000. En el caso del mosaico no tenemos límites, hacemos todo el que podemos, siempre sobre los 300 0 400 metros cuadrados”, aseguró Azcuy Fernández.
Y aunque aseguró que en el caso de la loza plana la tarea se vuelve más compleja por asuntos relativos a su fabricación específica, manifiesta orgulloso que en una semana puede fabricar alrededor de tres techos.
“Ahora tenemos la oportunidad de contar con un molino recuperador que nos permite aumentar exponencialmente los productos que ofertamos, pues todo el escombro, los elementos que se rompen por la manipulación indebida, así como demás desperdicios, por así decirlo, son aprovechables gracias a esta tecnología”, concluyó.

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