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pancho malanga

La vega del campesino Francisco María Miranda González (Pancho) está resguardada por los altos mogotes del 41 de Luís Lazo, al sur de Minas de Matahambre.

Las condiciones del clima y las atenciones culturales de Pacho al cultivo de la malanga amarilla, lo convierten en un productor excepcional en la producción de esta vianda.

“La primera malanga amarilla que sembraron en esta zona la plantó un maestro, en el año 1955.

Recuerdo que mi hermano y yo lo ayudábamos en muchas tareas, una de ellas era hacer hornos de carbón.

Ese maestro tenía muchos contactos con otros productores, pues él enseñaba como lograr las diferentes plantaciones.

Fue él quien con su nivel de gestión logró obtener la semilla de malanga amarilla.

Cuando logró la primera cosecha de malanga, él le dio a mi padre un “puñaito” de semillas.

En el año 1964, construí mi casa y tuve mi propia vega. Entonces planté las primeras malangas amarillas, por cierto, mi padre perdió sus semillas y yo tuve que darle de las mías, para que tú veas las vueltas que da la vida.

Yo mantengo las semillas de malanga amarilla, hasta el día de hoy.

Este cultivo requiere de un cuidado enorme, como si fuera un niño, necesita una atención especial.

Hay que seleccionar primero la tierra donde la vas a sembrar y hay que cuidarla del ataque de bibijaguas, cerdos, ratones y hasta de jutías.

El largo del “narigón” tiene que ser más amplio, de una mata a la otra y más ancho el camellón, para que tenga más espacio para ella nutrirse, y no puede tener yerbas a su alrededor.

Tenemos que buscar el desarrollo del ñame en el presente, el ñame es más exquisito que las propias “bolas” de malanga.

Si no llueve hay que buscar el agua y echársela, hay que guataquearla y fertilizarla.

Yo acopio este tipo de malanga desde los años 60, soy el único campesino que la logra en Minas de Matahambre.

Creo que los demás productores debieran comenzar a plantarla ¿ por qué no pueden? porque da mucho trabajo, ah pues las cosas no se dan fácil en este mundo.

Es un producto altamente alimenticio que fortalece mucho a los más pequeños.

Hay que esforzarse pá lograr las cosas buenas que queremos.

Si yo lo logré, ellos también pueden.

Después que terminas de conversar con Pancho, tienes la impresión que todo lo que el hombre se propone puede conseguirlo.

Allí en el recodo de los mogotes, en lo más secreto del lomerío aparece la malanga preferida de Francisco María Miranda González.

Por: Juan González Cabanas
Periodista de Radio Minas
Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @juanyminas

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