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pre16 10La educación cubana, tiene el mérito de enseñar no solo la materia fría, sino de vincular el conocimiento de las ciencias y el mundo con la vida práctica de manera que ayude a nuestros niños, adolescentes y jóvenes a ser mejores seres humanos cada día. En 1975, con el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, se sientan las bases programáticas para la elaboración de la ley de educación, estableciéndose el fin de la política educacional del Partido, y con ello de la educación cubana, el cual tiene una plena vigencia:
“…formar las nuevas generaciones y a todo el pueblo en la concepción científica del mundo es decir, la del materialismo dialéctico e histórico; desarrollar en toda su plenitud humana las capacidades intelectuales, físicas y espirituales del individuo y fomentar, en él, elevados sentimientos y gustos estéticos; convertir los principios ideopolíticos y morales comunistas en convicciones personales”.

El mundo de hoy, lamentablemente globalizado, no solo ha aumentado la brecha entre países ricos y pobres; sino que ha generado una mayor proporción de pobres y concentrado la riqueza en pocas manos. Sin embargo, el consumo audiovisual de quienes se erigen protagonistas de la globalización, no es esta realidad la que exhiben. El sistema de educación capitalista, comporta ante situaciones de la vida práctica, lamentables realidades como esta que salieran de la pluma del célebre Eduardo Galeano y que queremos compartir:

¨Mundo infantil¨
Hay que tener mucho cuidado al cruzar la calle, explicaba el educador colombiano Gustave Wilches a un grupo de niños: 
-Aunque haya luz verde, nunca vayan a cruzar sin mirar a un lado, y después al otro.
Y Wilches contó a los niños que una vez un automóvil lo había atropellado y lo había dejado tumbado en medio de la calle. Evocando aquel desastre que casi le costó la vida, Wilches frunció la cara. Pero los niños preguntaron: 
-¿De qué marca era el auto? ¿Tenía aire acondicionado? ¿Y techo solar eléctrico? ¿Tenía faros antiniebla? ¿De cuántos cilindros era el motor?
Más allá de las dificultades que enfrenta nuestro sistema educacional, afirmamos gustosamente que jamás un alumno nuestro referirá esas preguntas, porque le hemos enseñado, sobre todo, a valorar la vida y a saber comportarse. Y a ello tributan todas estrategias y proyectos educativos.

Uno de ellos es ¨Luces para la Vida¨, el cual surge a solicitud del Departamento Independiente de Salud Escolar del Ministerio de Educación por la necesidad de fomentar en niños, niñas, adolescentes y jóvenes el desarrollo de las habilidades para la vida en función de la prevención de adicciones. Sin embargo, su alcance en tanto educación en habilidades para la vida es mucho mayor, pues persigue mejorar la capacidad para vivir una vida más sana y feliz mediante el desarrollo de estilos de vida saludables de    manera responsable, es decir, aprender a vivir.

Las Habilidades para la vida son destrezas de naturaleza psicosocial útiles para afrontar las exigencias y desafíos de la vida diaria. El Proyecto “Luces para la Vida” propone que se adopten estas habilidades desde una concepción integradora y desarrolladora, que toma como centro a los estudiantes y estimula el máximo desarrollo de sus potencialidades individuales, teniendo en cuenta los contextos socioculturales en los que se desarrollan. Pueden agruparse en cognitivas, emocionales y sociales. El hecho de denominarlas como habilidades para la vida no implica que se excluyan los valores y su aplicación práctica. Todo lo contrario, a partir de la indispensable unidad entre la actividad cognoscitiva, práctica, valorativa y la comunicación en los procesos educativos, se conciben las diez habilidades como saberes, destrezas psicosociales ya que integran no solo habilidades, sino también conocimientos, actitudes y valores.

Las diez Habilidades para la vida que se proponen, en resumen, son:
1. Autoconocimiento: reconocimiento de la personalidad, características, idiosincrasia, fortalezas, debilidades, aspiraciones, expectativas, entre otros.
2. Empatía: capacidad para ponerse en el lugar de otra   persona y desde esa posición captar sus sentimientos.
3. Comunicación efectiva o asertiva: habilidad para expresarse    de    manera    apropiada    al    contexto relacional y social en el que se vive, manteniendo a la vez, los criterios propios, sin utilizar tonos agresivos.
4. Relaciones interpersonales adecuadas: competencia para interactuar positivamente con las demás personas.
5. Toma de decisiones: capacidad para construir racionalmente las decisiones cotidianas de nuestra vida.
6. Solución de problemas y conflictos: destreza para afrontar constructivamente las exigencias de la vida cotidiana.
7. Pensamiento creativo: utilización de los procesos de pensamiento para buscar respuestas innovadoras a los diversos desafíos vitales.
8. Pensamiento crítico: capacidad para analizar con objetividad experiencias e información, sin asumir pasivamente criterios ajenos.
9. Manejo    de    emociones    y    sentimientos: reconocimiento y gestión positiva de nuestro mundo emocional.
10. Manejo de la tensión y el estrés: capacidad para reconocer   nuestras   fuentes   de   tensión   y   actuar positivamente para su control.
•    ¿Qué preguntas formularía, entonces, un estudiante cubano, pinareño, educado en nuestro sistema?

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