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La entrada en vigor el pasado 7 de diciembre de nuevas normas para el reordenamiento y desarrollo en Cuba del Trabajo por Cuenta Propia, confirma el interés gubernamental por flexibilizar esta forma no estatal de empleo, modalidad que al cierre del pasado año ejercían en el país más de medio millón de personas.

Los cambios, van a tono con las exigencias económicas actuales y las trabas en el escenario mercantil internacional, que cada día se tornan más complejas.
Por ello, en febrero se sumaron cinco actividades novedosas, entre ellas, auxiliar de producción artística, traductor o intérprete certificado y agente de selección de elenco, así como el otorgamiento a los Consejos de la Administración Municipal de mayores facultades.
El propósito es liberar al Estado de funciones que lo recargan y para las cuales, en ocasiones resulta ineficiente, a lo que se agrega que los cuentapropistas han rescatado oficios necesarios y casi ausentes del panorama laboral.
En Pinar del Río, por ejemplo, la cifra de trabajadores no estatales supera los 27 mil 400 y las actividades más representativas son las de alimento, trabajador contratado, arrendadores de viviendas, servicio doméstico, agentes de telecomunicaciones, y albañiles.

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Expertos locales aseguran que el aporte de los cuentapropistas pinareños crece anualmente y según confirmaron fuentes de la Oficina Nacional de Atención Tributaria, el pasado 2018, los ingresos por ese concepto ascendieron a más de 205 millones 285 mil pesos, dinero que engrosó las arcas estatales.

Sin dudas, esta nueva forma de empleo toma protagonismo en la economía nacional porque se asocia con el buen trato, calidad de las prestaciones, esmerada atención, asuntos que no siempre encuentran puerto seguro en algunos negocios particulares. Se impone entonces mayor control y fiscalización porque la protección al consumidor no puede ser exclusiva de las formas estatales de gestión.

No obstante, una mirada acuciosa al tema sugiere soltar amarras y propiciar más libertades a las personas que se dedican a estas actividades.

Y nos referimos a la posibilidad de incrementar y diversificar los mercados mayoristas, cuando el país esté en condiciones, permitir las importaciones a personas naturales o jurídicas, ofrecer facilidades de compra. Todo ello bajo el más riguroso control y fiscalización para evitar ilegalidades y enriquecimiento desleal.

El trabajo por cuenta propia es un actor indispensable en el concierto laboral cubano. La vida ha demostrado sus potencialidades como dinamizador de la economía, que tiene el imperativo de crecer a pesar de limitaciones y contratiempos.

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